La trilogía Before, una historia de amor narrada en 18 años

Hace muchos años un joven Richard Linklater buscaba un regalo en una juguetería. Entre los estantes conoció a una chica, con la que congenió y terminó paseando con ella el resto del día tan solo conversando y caminando. Este pequeña vivencia sería lo que luego se transformó en Before Sunrise, la primera de un compromiso creativo tanto de Linklater, como de Julie Delpy e Ethan Hawke.

Before Sunrise (1995): Vivir en la fantasía

Linklater nos juega sucio desde el comienzo. Usa su experiencia personal para embarcarnos en una fantasía perfecta. ¿Quién no sueña con ese encuentro fortuito que lo cambia todo? Ese fugaz momento que queda grabado a fuego y del que una parte de nosotros es incapaz de escapar. Todos los que han amado, aún cuando todo se vaya al carajo luego, pueden recordar un instante así. Un momento que es mas grande que los involucrados, mas grande que toda una vida solos.

Jesse y Celine viven ese instantante en Viena. Durante toda una noche se descubren, se engrupen y se cuentan sus mas profundas reflexiones sobre la vida, las personas y el mundo. Una caminata sin rumbo, pero con una fecha de expiración autoimpuesta: en el tren de la mañana Julie Delpy continuará su viaje a París y Hawke tomará el avión de regreso a EEUU.

El pragmatismo, y las ganas de parecer desafectados, los hace negar la posibilidad de una relación a distancia. Sin embargo, en el último momento, el romanticismo y la esperanza les gana. Prometen juntarse dentro de seis meses en la misma ciudad y sin intercambiar ningún dato adicional se despiden. La pregunta queda para nosotros: ¿Se reencontraron? ¿El hechizo de la ciudad los reunió de nuevo o se desvaneció como ellos mismos anticiparon?

En un hermoso final la cámara recorre los espacios que durante la noche albergaron a la pareja. Esos mismo lugares, ahora iluminados por el sol y sin los protagonistas, son parte de un paseo por la añoranza de un suceso tan extraordinario como fugaz. Una nostalgia que nace de lo incompleto que se sienten esos sitios que antes llenaban conversaciones trascendentales sobre el amor, Dios, la vida, la muerte y el arte; pero que sin Jesse y Celine son solo rincones pedestres y mundanos, un lugar cualquiera sin importancia.

Before Sunset (2004): El tránsito a la realidad

Nueve años se demoró Linklater en decidirse a responder la interrogante, pero esta vez ayudado por Julie Delpy e Ethan Hawke en el guión. Al contrario del final de la primera entrega, en Antes del atardecer la cámara se pasea por esos lugares vacíos que pronto llenarán Jesse y Celine con sus conversaciones. Ya no es nostalgia lo que nos invade, sino expectación. La historia comienza en una pequeña librería de París, en donde el personaje de Hawke, convertido en escritor, presenta su libro. Uno inspirado en la experiencia que tuvo hace 9 años en Viena.

Entre los asistentes descubrimos a Celine, quien se convierte en muda testigo de la respuesta de Jesse a una fan: ¿Volvieron a encontrarse los protagonistas? ¿Acudieron a la cita? Decir que si nos revela como unos románticos irremediables y decir que no nos transforma en unos cínicos. ¿Cuál de las dos es Linklater? Al poco andar nos enteramos que Celine nunca pudo asistir debido a la muerte de su abuela. Jesse dice que tampoco llegó. La realidad parece que fue mas fuerte que todo el encanto.

La dinámica es similar a la primera entrega, ambos personajes pasearán por París conversando. Tan solo tienen pocas horas, pues Hawke debe tomar un avión de regreso a su país, donde lo esperan una esposa y un hijo. Julie Delpy, por su parte, tiene una pareja y dice estar muy enamorada de él. Estas vidas que han construído en nueve años ponen de relieve lo inocentona y fantasiosa que fue su experinecia en Viena. Una noche de sexo, que ella dice no recordar, adornada por la junventud y el deseo de que toda esa potencialidad se convierta en algo cierto. Pero la vida sucede y tiende a ordenar las cosas de maneras mas racionales.

Transcurre la tarde y poco a poco se desmoronan las mentiras que se dijeron para portegerse. Jesse si llegó a la cita seis meses después, Celine si recuerda haber tenido sexo con él. Ambos mienten porque recordar lo que vivieron es chocar con la realidad. Es reconocer que lo suyo no sucedió, es comparar sus vidas actuales con los nueve años que pudieron estar juntos. Concederle a la vida el tiempo que han estado separados es negar un piedra angular de las personas que son hoy. Es darse cuenta que no aman de verdad porque aún siguen en Viena.

Cuando todas las verdades se han dicho, y la despedida es inminente, suben a tomar un café al departamento de Celine. En ese espacio reducido Julie Delpy canta en dos ocasiones. La primera es un vals que compuso para él y la segunda canta Just in time de Nina Simone y, francamente, no se qué tipo de persona se marcharía del lado de la mujer que te canta esa hermosa canción de Nina.

Before Midnight (2013): El azote de la realidad

La conversación entre Jesse y su hijo en un aeropuerto, en lo que claramente es una despedida, nos revela que luego de ese mítico: «-Baby, you’re gonna miss that plane. -I know.» los entrañables protagonistas de la saga han permanecido juntos.

Nueve años después de ese paseo en París, los volvemos a encontrar en Grecia, durante unas vacaciones familiares. En esta ocasión la pareja ya no está sola resolviendo la posibilidad de una vida juntos, sino que ese mismo dilema lo enfrentan rodeados por diferentes parejas. Es esa interacción la que nos enseña aspectos desconocidos de nuestros héroes.

Si en la película anterior presenciamos el tránsito de la fantasía a la realidad, en Before midnight nos enfrentamos a la pura y dura realidad de la vida en pareja. ¿Es posible la fantasía de antaño en un mundo tan lleno de urgencias tan concretas? ¿Se puede soñar con una vida juntos cuando la experiencia te ha enseñado que todo acaba?.

Esta entrega, a diferencia de sus predecesoras, ya no es un constante transitar. No estamos frente a una constante caminata, sino que todo está anclado a lugares o locaciones. Visualmente se manifiesta lo que ocurre en el corazón de esa relación entrañable: Hay un estancamiento que pone en jaque la continuidad de la vida en común. Las dudas y problemas de la mediana edad pueden desgastar hasta la mas idílica de las relaciones. ¿Y si ya no tenemos a dónde ir juntos? Esa terrible pregunta se nos formula y nos vemos forzados a explorar las alternativas junto a esa pareja que tanto hemos llegado a querer.

Linklater yo te quiero mucho, sigue haciendo películas sobre momentos

El próximo año se cumplen 9 años desde el estreno de Before midnight. ¿Habrá sido ese el final de una de las mas grandes sagas del cine? ¿Tendrán algo nuevo que decir sobre las relaciones Linklater, Delpy y Hawke?

En esta saga Linklater confirma algo que ya sabíamos: la vida está en los pequeños momentos, las grandes tragedias son las de la cotidianeidad. Tal como Jesse afirma en la primera parte es nuestro carácter finito lo que hace importante el momento. De eso es lo que se construye esta poderosa historia: instantes en la vida de dos personas que se aman, unos que son tan poderosos que los transforman en personas que pueden decir han vivido.

Uno de los grandes axiomas del arte audiovisual es que el cine es imagen, un arte que se trata de narrar con imágenes; no lo digas, muéstralo. A esto Linklater agrega que el cine también es lo que se dice, por eso estas películas solo son conversaciones, porque el habla es evocativa. A través de ella se hacen presentes cosas que no están en la pantalla, tanto para los personajes como para nosotros los espectadores.

Estos ejercicios de largo aliento de Linklater, sin duda, ganan fuerza con el transcurso del tiempo. A medida que visitamos la saga durante nuestra vida, una vez superamos los mismos hitos que los personajes, nos sentimos mas cerca de lo que se habla. Si la primera vez que las vi estaba obnubilado por la fantasía de Before sunrise, hoy me siento mas cerca de la treintona Before sunset. Como no estarlo cuando Jesse habla en ella del abandono de la persecución del «mejor yo», cuando toda la película es una transición a la vida real. Que son los treinta sino aquello.

Quizás en diez años mas, cuando me las repita, esté luchando tal como Jesse y Celine. Cuando la realidad se haga abrumadora y nos agobie la idea de que la fantasía que vivimos ya no se puede recuperar. Pero como Natalia les dice a los comensales, todo lo bueno y que nos hizo felices se va difuminando con el tiempo, mantenerlo vivo es un trabajo que requiere que recordemos. Si bien la vida real puede ser extenuante, debemos recordar que solo estamos de paso, somos tan efímeros como los amaneceres y los atardeceres, de ahí entonces la importancia de correr las nubes que nos ocultan los momentos llenos de magia y fantasía que creímos perder.